medio 2025

en internet y en la vida

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2025 y escribir en internet

Medio 2025 no es lo mismo que la mitad de 2025 ¿o sí? Bueno, técnicamente sí pero de seguro, no suena igual. A mí me suena más a medio 2025, medio 2026. Medio 2025, medio sensación de espiral de destrucción inminente(¿?), contínua (¿?). Pero a lo mejor solo soy yo.

Sigo escribiendo en internet. Desde hace ya seis años.

Estuve releyendo algunas publicaciones de 2019 en mi cuenta de Instagram y parece muy lejos, también parece de antaño la interacción, sobre todo la cantidad de la interacción. Creo que nos sentíamos menos apremiadas a salir de la app ¿Será verdad eso? He perdido el rastro de lo que ha cambiado, de lo que sigue igual y francamente, quizás no importa.

Aquí, una pista:

Hace solo doce días veíamos a la gente repostear el vídeo de Riyad Mansour rompiendo a llorar ante un representante de Israel que bosteza; pero inmediatamente después pasamos a presenciar los darditos envenenados via X entre su dueño y el presidente naranja. Un pestañeo más tarde, la detención de la flotilla en aguas internacionales.

Lo que quiero decir, supongo, es que ojalá hubiésemos pasado más tiempo en el mensaje de Riyad Mansour:

«¿cómo puede alguien tolerar este horror?»

No sé. Pero parece no haber tiempo para ponderar la pregunta de Riyad porque lo siguiente en el programa de distracciones ya está añadido a la cola del playlist infinito. Se viene. Todo arrojado a la cara por el algoritmo que tan bien nos conoce. Mientras las instituciones tienen el espacio para faltar a los derechos humanos. Con la poca seriedad de los llamados líderes del mundo, marcando la pauta.

(Les recomiendo mucho ver el vídeo cortito del enlace anterior, es una reflexión de Orsola de Castro — persona que me enamora hasta el centro— sobre el lenguaje que usamos para el conflicto entre hombres con poder.)

Pero ¿qué tendrá que ver este inciso sobre Gaza, con escribir en internet?

Probablemente, la respuesta sea algo parecido a que, ante la imposibilidad de haberlo podido erradicar y la indolencia de quienes más influencia tienen, en 2025 seguimos escribiendo a pesar de, y acompañadas por el horror. Y aquí necesito usar el plural para sentirme menos culpable. Para no decir que escribo y distraigo, yo también. Que escribo enfadada, como hoy, y otros días solo triste, y otros alegre, como hoy. Que nada de ello es urgente, pero a mí me importa, y como acto casi de preservación lo sigo haciendo.

(paréntesis)

Lo que estás leyendo es la continuación de este texto que escribí en enero y que, sorprendentemente para mí, ha sido el más likeado y el más comentado hasta la fecha. Eso no sé qué dice sobre mí y tampoco sé qué dice sobre ustedes. Por eso es que sé que los «me gusta» son un moo point. (Referencia de Friends para quien pueda cogerla al vuelo)

¿Podría leerse como una revisión de medio año? Podría leerse como una revisión de medio año.

2025 y el tiempo de pantalla

¿Cómo vamos con esto?

Contraria a la impresión que puedan dar los apartados anteriores, mi tiempo de pantalla ha disminuido. Significativamente, además, pero no sin requerir esfuerzo, múltiples intentos, artificios, autoengaños y vueltas a empezar.

Hay dos cosas que me molestan de esta discusión sobre el tiempo de pantalla; la primera es —y es una teoría—, que hay mucha gente viviendo esta adicción al móvil «en el armario», «enclosetada», pero aún así sintiéndose alargar el brazo, en un acto reflejo, cada primer segundo de momento muerto habido y por haber.

Impera, creo, una cierta vergüenza a vernos en este punto, como si la tecnología de los smartphones no hubiese sido estudiada para hacer exactamente lo que hace. Nos podríamos ahorrar sentir esta vergüenza.

Lo segundo que me molesta es que, si nos vamos a la búsqueda de información para ponerle remedio, nos encontramos con personas compartiendo sus experimentos, pero no sus aprendizajes. Es decir, los famosos tips, pero sin saber cómo fueron al cabo de un tiempo. No hay «camino del guerrero». Y no me lo creo, guerrero; llévame, quiero conocer tus momentos de flaqueo, las tribulaciones y las victorias (¡!)

¿Les interesaría leer una publicación en específico sobre mis propios ires y venires con el tiempo de pantalla?

2025 y el registro (y el consumo)

En la publicación de enero, me quedó pendiente hablarles del registro que llevo sobre la ropa. Y, me place anunciar que justo esta semana estoy cumpliendo un año registrando lo que me pongo en una app que se llama whering. Aquí hablé por primera vez de ella. De los trescientos sesenta y cinco días, solo he dejado treinta sin registrar (un 8%), lo que entiendo ya como un hábito.

  • ¿Por qué hablar de registrar la ropa que usas?

Ya a estas alturas, personas con mucho más relevancia internetística que yo, han hablado sobre esta herramienta, como Magui de Usar y Reusar. O, Mina Barrio, por ejemplo, quien comentó cómo hacerlo usando Canva y selfies, además de la brillante idea de ordenarlo por temperatura (calor, entretiempo, frío). Entonces, lo primero que quiero decir es que, no hace falta bajarse una app más para registrar lo que una se pone. (Procede a decir «se puede hacer con un Excel» y a producir escalofríos en su audiencia)

Pero lo más importante que quiero decir está en este reportaje: un porcentaje alarmante de la ropa que pensamos estamos donando cuando hacemos limpieza «despiadada» de armarios, no está siendo ni donada ni reusada.

  • ¿Por qué registrar la ropa que tengo y la ropa que uso?
  1. Yo empecé precisamente en una limpieza de armario. Cada limpieza de armario que hacía, la comenzaba con la impresión de que mis factores de decisión estaban amañados y que no tenía ningunos datos para decir «esto ya no me lo pongo» o para decir «esta prenda ha salido buena». Ahora si digo que el burro es negro es porque tengo los pelos en la mano, o lo que es lo mismo, data to the people.
  2. Mi sensación de abundancia o escasez es completamente diferente que el año pasado. Por ejemplo, sé exactamente cuántas partes de arriba tengo y cuántas partes de abajo, cuántos zapatos, cuántos bolsos, cuántos pendientes, entonces puedo distinguir un capricho descarado de un capricho rozando la justificación.
  3. Lo de hacer conjuntos. No es algo en lo que me sienta particularmente buena o en lo que haya visto mayor mejoría durante este año, sin embargo, en momentos de variación de peso me reconforta tener conjuntos ya creados. También, hay que admitirlo, otorga un tono comercial a tus pertenencias que puede sentirse fresco.

¿Qué más quisieran saber sobre el registro de ropa?

2025 y vivir (y leer)

¿Qué podemos hacer que albergue la vida, qué puede llegar a contener una vida sin romperse?

~Sally Rooney, Intermezzo

De momento 2025 no está siendo un año espectacular en términos de hallazgos lectores. Está siendo más bien promedio. Aparte de lo que he cubierto anteriormente, que puede parecer poco o demasiado, he estado caminando, comiendo, conduciendo, estudiando, cosiendo, trabajando, escribiendo, pintando, pensando, durmiendo, viendo tele, y otros verbos que ahora mismo se me escapan y que probablemente sean los mejores. La malla de mi pequeña vida se estira para albergar —me digo — lo suficiente para no romperse. Nunca estuvo hecha para compararse con tantas otras mallas, tantas otras vidas.

Adriana