obsesiones temporales para siempre
y la curiosidad, como un todo
Baile. Artes plásticas. Confección y patronaje de ropa. Amigurumi. Cerámica. Tricot. Trenzado Scoubidou. Tintado de tela con elementos orgánicos. Punch needle. Decapado y pintura de muebles pequeños de madera. Búsqueda de objetos y ropa vintage. Escritura. Proyectos de lectura. Recomendación de libros. Lectura. Quilting. Collage. Costura. Tarot. Gouache.
A lo largo de mi vida me he interesado por todas estas cosas.
Algunas las practiqué por años; inclusive más de una década.
Para dos de ellas, me apunté a la clase y no llegué a asistir.
Otras se tiñeron de culpabilidad, pero físicamente no son otra cosa que materiales a medio utilizar en una bolsa que huele a guardado.
Algunas pensé las convertiría en mi medio de vida si la vida desde las cinco de la tarde hasta la hora de dormir rindiera para tanto.
Me ruboriza admitir que de otras desistí al declararlas no rentables, mientras repasaba la pregunta binaria — que ahora reconozco tan milenial— y que reza: ¿es un negocio o un hobby caro?
No soy buena en todas y me siento experta en algunas, aunque no las haya hecho en años.
Hay ciertas de ellas que sostengo en el tiempo. Son la minoría.
Otras las abandoné antes siquiera de poder llamarme principiante.
Podría señalar unas en específico que calificarían como «fases» pero no pondría la mano en el fuego para asegurar que quedaron por completo en el pasado, de hecho, me dolería aceptarlo públicamente.
Todas se sintieron como una revelación cósmica, un download celeste casi y burbujearon dentro de mí como la gente dice ahora: queriendo convertirse en mi personalidad entera. Esto pasó en ese momento entre el primer encuentro con la actividad y hacerla un par de veces.
Pensé que juntas no llegarían a nada, pero llegaron a darme forma.
Si pudiera me dedicaría a ellas, en rotación, si queréis en el mismo orden que las listé, o en un orden distinto, una hora para cada una, o ¿un día? Un día para cada una, de seguido, una tras otra.
Me entristece que lo anterior no sea un plan realista. Me enfurece que la mortalidad me haga elegir.
A veces me avergoncé de apuntarme a otro taller más sobre alguna otra cosa que no estaba «on brand» con la idea de una Adriana que a nadie más le estaba preocupando ni le concernía. No había una coherencia o tal vez la coherencia estaba en dejarme apuntarme al taller.
Estoy casi segura de que todas me sirvieron como una forma de rebeldía. Ante un trabajo que ocupa toda la jornada y que le da significado a esa palabra. Ante una aparente falta de vocación que me convencí era un defecto de fábrica, asocié con un carácter pobre, y vi como una deficiencia innata.
Ninguna me ha abandonado del todo; ni como concepto, ni como habilidad, ni como acercamiento a una «yo» en potencia.
Las obsesiones de corto plazo son huellas de nuestra curiosidad, como un todo, dijo Ankita Shah en un ensayo para Substack. Me alivia leerlo.
El amor nuevo hará eso; brillará tan intensamente que se sentirá como si fuera la primera vez otra vez, escribió Cody Cook en su newsletter y estaba hablando de enamorarse, pero yo lo relacioné con el texto de hoy;
Si bien no me enamora necesariamente la novedad de intentar cosas por primera vez, el haberlas hecho, breve o eternamente, me permiten distinguirme a mí de «mi disfraz de humana, que a veces noto es de mala calidad», como dijo Elisa Victoria en Vozdevieja. A saber por qué me acuerdo yo de eso y no de otras cosas.
Adriana

Si has llegado hasta aquí, primero, gracias. Nunca doy por sentada tu elección en abrir este correo.
Segundo, tal vez has llegado tan lejos porque te es familiar. Puede que te muevas por obsesiones de corta o larga data. Tal vez has perdido el rastro de estas. Quizás «la tecnología» ha modificado cómo las registras o dejas de hacerlo. Tal vez se esfuman tan pronto pasas al siguiente reel, vídeo, mensaje... Si es así, te escribiré prontito para proponerte algo. Hay quienes me han pedido un taller online y he creado uno. Llevo creando uno desde hace meses. En modo obsesión, también. Como ahora entiendo que funciono. Si te interesa, mantente atenta o mejor, déjame saber que te interesa y me das una alegría.
