cómo leer una newsletter

un engaño en toda regla

cómo leer una newsletter

Existen tres personajes desconocidos que mucha gente conoce; son anónimos con un nombre genérico pero también en mi opinión existe una jerarquía entre ellos.

Me refiero a fulano, mengano y zutano. No son celebridades, y esto lo sabemos porque de serlo hablaríamos de Fulano, Mengano y Zutano y sin embargo creo que no me equivoco al decir que si fueran una banda de rock o una boy band, Fulano sería el solista, el que la gente reconocería más en la calle.

Yo misma sirvo de ejemplo para demostrar que su fama va decreciendo en el mismo orden en que se les menciona; prueba de esto es que durante mucho tiempo de mi vida llamé «sultano» a quien era zutano verdaderamente. Estaba convencida de que así se decía su nombre, que no es propio pero que actúa como si lo fuera. En consecuencia, siempre asocié a estos tres con los reyes magos, tal vez por lo de «sultán-o». La realeza y tal, no lo sé exactamente…

A propósito de estos tres personajes, también se habla alguna vez de un cuarto dizque «perengano» pero su existencia me suena ya a leyenda urbana como la que dice que si escuchabas el disco (¡vinilo!) de Hotel California de atrás para adelante, estabas invocando al diablo. Estando — creo— en el último grado de primaria, tengo flashazos de haberlo intentado en una fiesta en casa de otro niño con el tocadiscos de sus padres y literalmente sentir mi descenso a las tinieblas.

Siendo ustedes las personas sumamente cultas que son, probablemente ya saben cómo termina esta historia: el origen de estas tres palabras viene del árabe y básicamente son tres formas diferentes de decir «quien sea». Es un consuelo mediocre pero consuelo al fin, que lo de «sultán-o» al menos estuviera en la región geográfica correcta.

Ya cuando vine a vivir a España y no antes, escuché la expresión «no es baladí» que es una frase al parecer casi siempre irrefutable de la que parecen colgar tres puntos suspensivos muy gordos y tras la que yo no sabía que decir por ignorar su significado pero que por preferir, siempre la prefiero a su alternativa «no es moco de pavo» la cual me horroriza, eriza la piel y asombra su popularidad, a partes iguales. Esto último ya se los conté antes.

En su momento apunté «baladí» en la lista de palabras que mantengo en Google Keep, intuyendo — se los juro— que tenía origen árabe y hoy al sentarme a escribir esto, comprobé que era cierto. Así mismo, otros adjetivos que terminan en «í» como carmesí. Le debemos carmesí al árabe, señoras ¡no es baladí!

Finalmente si han llegado hasta aquí es porque no necesitaban saber cómo leer una newsletter al ser un arte que dominan a la perfección pero guardaba la teoría de que constantemente estamos detrás de los «cómos» de lxs demás en búsqueda de la óptimización; a veces para retrasar ejecutar algo que nos da miedo y a veces para sentir proximidad — o confirmación— de parte de interlocutores que quizás ya no están en este plano o que estando, nos brindan inspiración, por pasajera que sea. Creo que es algo verdaderamente humano, de la parte humana que es entrañable y no atroz.

Cuando escribes, uno de los consejos más comunes que recibes para conseguir lectorxs es escribir un blog con tips y títulos que empiecen con “Cómo”. Parte del músculo que sigo ejercitando es continuar escribiendo a pesar de no tener ese tipo de material dentro de mí, o no siempre.

En definitiva gracias por buscar la respuesta a un «cómo» entre estas palabras, me honra y sin embargo es mi deber avisar que soy igualmente ineficaz con los «por qués». Los ando buscando como todo el mundo.

Todo lo anterior se me vino a la mente porque estoy amando con fuerza la serie How To with John Wilson. Cada capítulo es sobre cómo hacer alguna cosa que aunque nunca me hubiese planteado hacer o ya sepa cómo hacer, me interesa, no por su contenido práctico sino por el contenido a secas. Aunque «contenido» sea una palabra manoseada a estas alturas. Está en HBO Max.

También lo pensé porque en este canal de YouTube, la escritora Christy Anne Jones se ha dado a la tarea de buscar un montón de rutinas de autores famosxs y las implementa en su vida por unos días. Encuentro algo realmente mágico en saber a qué hora se levantaba Ursula K. Le Guin o qué bizcocho se hacía Sylvia Plath con su té. Es casi casi como viajar en el tiempo. Nos une algo íntimo y vulnerable mientras flotamos por el internet buscando partes de la rutina de alguien que escribió y dejó libros detrás.

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la parte sobre anunciarse

Como les avancé la semana pasada, vengo trabajando en algo y ese algo es un taller de lectura. Se llama «hijas deseantes» y en el taller vamos a hablar sobre serlo. Con suerte vamos a hacer un poquito más que comentar las lecturas de hecho, por eso es un taller y no un club.

Lo más emocionante es que tiene un componente presencial y es primera vez que esto pasa. Me hace muy feliz decir que La Repunantinha me ha abierto las puertas pero es que no sólo ha hecho eso, Alba me impulsó a inicios de año a co-crear y este es ahora el resultado, que estoy esperando compartir con algunas de ustedes. Ojalá vernos allí; aquí están los detalles.

Si por lo que sea no pueden participar en esta oportunidad, les insto a que se propongan visitar este espacio en su paso por Barcelona porque es desde ya mucho más que una librería, es un espacio cultural seguro lleno de iniciativas para divertirse y desarrollar pensamiento crítico. Lxs admiro inmensamente por todo lo que han conseguido en poco tiempo y estoy convencida de que lxs necesitamos.

¿Nos vemos?

Adriana